
11 de junio de 2025
No es ningún secreto que muchos viajeros eligen ciertas ciudades o rincones por su gastronomía, o porque les han contado que tienen que probar este u otro plato si van de visita. Hay destinos que se han hecho célebres por una receta o plato típico que causa furor entre los visitantes. Grupo RV EDIPRESS, agencia de comunicación especializada en turismo, te muestra algunos de los lugares que hay que visitar para degustar estas creaciones.
Esta localidad burgalesa rinde culto como nadie a este plato que, si bien la lista de ingredientes es simple, su preparación requiere un mimo y cuidado especial. Una pieza de lechazo, de entre 9 y 12 semanas de vida y alimentado exclusivamente a base de leche, se sirve humeante en cazuela de barro tras haber sido horneado en horno de leña. Sencillo a la par que delicioso.
El Espacio Gastronómico Villa-Lucía es el lugar perfecto para reponer fuerzas tras una intensa visita a la singular villa medieval de Laguardia. En su asador, el comensal disfrutará de platos elaborados como toda la vida, pero unas buenas chuletas al sarmiento no pueden faltar en la comanda. El punto de jugosidad y sabor es equilibrado. No precisa más que un sutil punto de sal para poder disfrutar de un plato muy solicitado por locales y visitantes.
En Liébana es casi una obligación pedir un buen cocido lebaniego al sentarse a la mesa. Elaborado a base de los pequeños garbanzos que se cultivan en la zona, casan muy bien con el zancarrón, el tocino magro, chorizo, huevos, patatas, repollo, huesos de jamón y rodilla, etc. Un plato contundente, claro está, que no deja indiferente a quien lo prueba.
En Alcalá de Henares, aparte de presumir de ser la cuna de Cervantes, también sacan pecho por su gastronomía. Las almendras de Alcalá son una receta simple pero exquisita, y que usan con maestría las monjas de clausura del Convento de las Clarisas de San Diego, también llamadas “almendreras”.
Es curioso cómo en Chinchón, que no es precisamente tierra de legumbres, se elabora un plato de judías tan famoso. Y si hay un sitio donde se sirven mejor que nadie, es en el Restaurante-Museo Mesón Cuevas del Vino. En este templo de la gastronomía tradicional española, las judías chinchoneras son un emblema. Con su caldo bien espeso, su chorizo y su morcilla en su justa medida, todo el que las ha probado siempre ha pensado en repetir plato.
Como en el resto de la provincia de Córdoba, en Baena el salmorejo es una institución. Sin embargo, aquí la receta lleva aún más tomate que la de las localidades vecinas. Esto dota al salmorejo de más sabor y, si se le añade el mejor aceite de la D.O. Baena, el resultado es sencillamente maravilloso. Como añadido, unas excelentes berenjenas rebozadas harán que el comensal no quiera parar de mojar en el salmorejo. Quizá haya que pedir una segunda ración de berenjenas para rebañar el plato…
El estandarte o señuelo de la gastronomía de Llerena son los “corazones de las Monjas de Llerena”, fabricados en el Convento de Clausura de Santa Clara, cuya receta guardan como un tesoro más de los que existen entre sus muros. Llevan como ingredientes huevos, miel y almendras.
La piel frita del cerdo, bien en forma de “cueritos” o cortezas delgadas churruscadas sin la grasa adherida, o bien a través de los típicos “chicharrones” o cortezas gruesas con el tocino aún incorporado, son un manjar de lo más popular. Tanto es así que cada año se celebra el evento ‘Coria Encueros’, donde los establecimientos hosteleros de la ciudad sacan lo mejor de sus cocinas con el cuero como elemento principal de sus pinchos y tapas para deleite de los comensales.