
25 de junio de 2025
En el vertiginoso mundo empresarial actual, donde los datos son el activo más valioso, la capacidad de una organización para recolectar, procesar, analizar y monetizar su información se ha convertido en un factor crítico de éxito. Sin embargo, muchas empresas operan sin una comprensión clara de cuán maduras son sus capacidades de gestión de datos, lo que lleva a decisiones ineficaces, oportunidades perdidas y una desventaja competitiva.
Aquí es donde entra en juego el Data Maturity Assessment, o lo que es lo mismo, una evaluación de la madurez de datos en una organización. Se trata de una herramienta indispensable para navegar el complejo paisaje de la transformación digital.
Un Data Maturity Assessment es un proceso estructurado que evalúa la capacidad de una organización para aprovechar sus datos de manera efectiva. Examina diversas dimensiones, que suelen incluir:
Estrategia de datos: ¿Existe una visión clara y una hoja de ruta para el uso de los datos?
Gobernanza de datos: ¿Están establecidos los roles, responsabilidades, políticas y estándares para asegurar la calidad, seguridad y cumplimiento de los datos?
Calidad de datos: ¿Qué tan precisos, completos, consistentes y oportunos son los datos de la organización?
Tecnología y arquitectura: ¿Dispone la empresa de las herramientas y la infraestructura adecuadas para almacenar, procesar y analizar grandes volúmenes de datos?
Habilidades y cultura: ¿Existe el talento humano necesario y una cultura organizacional que valora el dato como un activo estratégico?
Análisis y uso: ¿Cómo se utilizan los datos para generar insights, apoyar la toma de decisiones y crear valor?
Keyrus, una de las mejores consultoras tecnológicas según Forbes, especializada en el tratamiento de los datos con 29 años de experiencia, ofrece un servicio de evaluación de la madurez de datos diseñado precisamente para dar respuesta a estas preguntas y para ayudar a las organizaciones a comprender su capacidad actual para gestionar, utilizar y capitalizar sus datos e identificar las áreas donde pueden mejorar. Esencialmente, es como un "chequeo de salud" para los datos de una empresa.
El objetivo principal de esta evaluación es proporcionar una comprensión clara del estado actual de los procesos, procedimientos y estándares de datos y compararlos con niveles predefinidos de madurez. Esto permite a las empresas:
Identificar fortalezas y debilidades: obtener una visión clara de dónde se encuentran en su viaje de datos y dónde necesitan mejorar.
Definir una estrategia de datos e IA: establecer una hoja de ruta clara para avanzar hacia un futuro más impulsado por los datos y la Inteligencia Artificial.
Optimizar las inversiones: asegurar que las inversiones en datos y análisis se realicen de manera efectiva y eficiente, generando el mayor valor posible.
Reducir riesgos: mejorar la gobernanza de datos para minimizar riesgos relacionados con la seguridad, privacidad y cumplimiento normativo.
Mejorar la toma de decisiones: acceder a datos precisos y de alta calidad para tomar decisiones más informadas y estratégicas.
Keyrus aplica una metodología de evaluación de madurez de datos que generalmente abarca varias dimensiones clave de la gestión de datos:
Estrategia y visión: ¿Qué tan bien definida y comunicada está la visión y estrategia de la organización para los datos y la analítica? ¿Existe un apoyo claro de la alta dirección?
Gobernanza de datos: se evalúa la existencia y efectividad de políticas, procedimientos y estándares para asegurar la seguridad, privacidad, calidad y uso adecuado de los datos a lo largo de su ciclo de vida.
Arquitectura de datos: Keyrus analiza la robustez de la arquitectura de datos de la empresa, los sistemas de almacenamiento y los flujos de procesamiento para asegurar que los datos fluyan eficientemente y estén disponibles para el análisis.
Gestión de datos y calidad: se examinan los procesos para gestionar los datos desde su creación hasta su eliminación, incluyendo la precisión, completitud y consistencia de los mismos.
Organización y personas: se evalúa la estructura y efectividad del equipo de datos, los roles, responsabilidades y habilidades del personal, y si la cultura organizacional apoya la toma de decisiones basada en datos.
Analítica y uso de datos: el equipo de Keyrus analiza cómo la organización utiliza las herramientas de análisis (paneles, informes, automatización) para extraer información, identificar tendencias, realizar predicciones y apoyar la planificación estratégica.
Tecnología: se responde a la cuestión: ¿La infraestructura tecnológica y las herramientas elegidas soportan los requisitos del negocio y la estrategia de datos?
Keyrus suele utilizar un enfoque colaborativo, trabajando con las partes interesadas clave de negocio y TI para documentar el estado actual y las expectativas futuras. Es decir, en la mayoría de las ocasiones, no es solo el departamento de IT el que está implicado. A partir de esta evaluación, proporcionan recomendaciones pragmáticas y una hoja de ruta de implementación a corto y medio plazo para guiar a la organización hacia el nivel de madurez de datos deseado.
Marco fácil de usar: Keyrus ofrece un marco de evaluación de madurez que es fácil de entender y aplicar.
Recomendaciones accionables: las evaluaciones resultan en planes de acción personalizados y detallados.
Visión clara: la organización obtiene una comprensión clara de su estado actual en términos de datos y análisis.
Alineación entre negocio y TI: ayuda a clarificar responsabilidades y a alinear los esfuerzos de datos con los objetivos de negocio.
Mejora continua: establece una base para la medición del progreso y la mejora continua en las capacidades de datos.
La realización de un Data Maturity Assessment no es un mero ejercicio teórico; es una inversión estratégica que ofrece múltiples ventajas:
Visibilidad y autoconocimiento: permite a la dirección obtener una visión clara y objetiva de dónde se encuentra la organización en su viaje de datos. No se puede mejorar lo que no se mide.
Identificación de brechas y priorización: revela las deficiencias específicas en la gestión de datos, desde la calidad de los datos hasta la falta de habilidades analíticas. Esto facilita la priorización de inversiones y esfuerzos, asegurando que los recursos se dirijan a las áreas de mayor impacto.
Hoja de ruta estratégica: proporciona los cimientos para desarrollar una hoja de ruta de datos clara y accionable. Al comprender el estado actual y el estado deseado, las organizaciones pueden trazar un camino para alcanzar sus objetivos estratégicos impulsados por datos.
Optimización de la inversión: ayuda a evitar el gasto ineficiente en herramientas o proyectos de datos que no se alinean con las necesidades y capacidades reales de la organización. Una inversión bien planificada, basada en una evaluación de madurez, maximiza el retorno.
Mitigación de riesgos: una mala gestión de datos puede conducir a riesgos regulatorios (GDPR, CCPA), operativos (decisiones erróneas) y de reputación. Un assessment ayuda a identificar y abordar estas vulnerabilidades.
Fomento de una cultura orientada a los datos: al resaltar la importancia de los datos en toda la organización, un assessment puede ser un catalizador para fomentar una cultura donde los datos son valorados, compartidos y utilizados por todos los departamentos.
Ventaja competitiva: Las organizaciones con una mayor madurez de datos son más ágiles, innovadoras y capaces de tomar decisiones más rápidas y precisas, lo que les confiere una ventaja competitiva significativa en el mercado. Como señala Gartner, las empresas que invierten en madurez de datos tienen más probabilidades de superar a sus competidores.
En definitiva, la madurez en la gestión de la información ya no es un lujo, sino una necesidad estratégica. Una evaluación de la madurez de los datos actúa como la brújula que guía a las organizaciones a través del laberinto de la transformación digital, revelando su posición actual, identificando el camino a seguir y, en última instancia, empoderándolas para desbloquear el verdadero valor de sus datos y asegurar su prosperidad en el futuro.
Invertir en una evaluación de madurez de datos es, en esencia, invertir en el futuro y la sostenibilidad del propio negocio.