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Heridas de cirugía en verano, claves para proteger a los niños y disfrutar sin complicaciones

24 de julio de 2025

El verano es época de vacaciones, juegos al aire libre y baños en la piscina o en la playa. Sin embargo, para muchas familias también coincide con el periodo de recuperación tras una intervención médica. Cirugías habituales en la infancia, como la fimosis, el hidrocele o la hernia, son frecuentes en estas fechas y generan una duda común: cómo proteger la herida de la cirugía en verano sin renunciar al descanso y al tiempo en familia. Contar con información clara y consejos prácticos permite disfrutar de las vacaciones sin miedo, tomando las precauciones necesarias para cuidar correctamente la zona operada.

Mojar la herida después de una cirugía: cuándo y cómo hacerlo

En los primeros días tras la operación, la prioridad es mantener la zona limpia y seca. La piel necesita tiempo para cicatrizar y formar una barrera natural que proteja el cuerpo de posibles infecciones. Por eso, es recomendable evitar mojar la herida de forma directa al menos durante la primera semana. Cada caso es diferente, pero lo habitual es esperar a que el especialista confirme cuándo es seguro hacerlo. Las duchas cortas pueden estar permitidas al cabo de unos días, siempre y cuando el agua no caiga de manera directa sobre la zona de la operación y se realice un secado suave, sin frotar.

Piscina y playa tras una cirugía: precauciones para un verano seguro

Volver al agua demasiado pronto puede suponer un riesgo, ya que tanto la piscina como el mar pueden contener bacterias o sustancias que dificulten la correcta cicatrización. Por lo general, se recomienda esperar entre dos y tres semanas antes de retomar los baños, dependiendo de cómo evolucione cada niño. Además, la arena de la playa puede irritar la piel o provocar molestias si entra en contacto con la zona operada. Respetar estos tiempos ayuda a evitar complicaciones y permite que el niño vuelva a disfrutar del verano con seguridad.

Cuidados prácticos para proteger la herida durante el verano

Cuidar la herida de la cirugía en verano es más sencillo si se siguen unas pautas básicas. Es importante mantener la zona limpia y seca durante los primeros días, evitar baños largos y proteger la herida del agua hasta que esté bien cerrada. La ropa debe ser cómoda y transpirable, evitando el roce en la zona de la operación. También conviene vigilar que no haya golpes ni fricciones que puedan afectar al proceso de cicatrización. Si aparecen signos de alarma, como fiebre, un enrojecimiento muy intenso o la salida de líquido, es recomendable consultar con el especialista.

Con una buena información y siguiendo los cuidados adecuados, los niños pueden disfrutar de sus vacaciones incluso después de una intervención. Proteger la herida de la cirugía en verano no significa renunciar al ocio, sino aprender a combinar el descanso con el cuidado. Para resolver cualquier duda sobre el proceso de recuperación, el Dr. Daniel Cabezalí, especialista en Urología Pediátrica, recuerda la importancia de un seguimiento adecuado y personalizado para cada caso.

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