9 de septiembre de 2024
Los proyectos de acondicionamiento acústico en las escuelas son cada vez más requeridos debido a su importancia en el proceso de aprendizaje. En la actualidad, las instituciones educativas son más conscientes de que un inadecuado nivel de ruido entorpece la asimilación de conocimientos por parte del alumnado, así como un ambiente tranquilo favorece la concentración y por ende la captación de ideas.
Compañías como Absotec aseveran que los centros escolares constituyen un gran reto en este sentido. Son espacios que albergan a un gran número de personas y en consecuencia generan muchos tipos de ruidos que necesariamente deben ser minimizados.
Absotec es una firma especializada en el diseño, fabricación e instalación de sistemas de control de ruido para distintos tipos de espacios. Trabajan en todo el territorio español en sectores como la hostelería y restauración, hotelería y alojamientos turísticos, oficinas, espacios deportivos y por supuesto entornos educativos. Sus proyectos de acondicionamiento acústico en las escuelas cuentan con un posicionamiento destacado en el mercado.
Carlos del Pozo Riaño, director comercial en Absotec explica que las soluciones para disminuir el ruido en los colegios deben ser sencillas, económicas y rápidas. Estos objetivos se consiguen con el empleo de material fonoabsorbente en forma de paneles en la cara interna de las estructuras. Es lo que se conoce como paneles acústicos y son necesarios no solo en el interior de las aulas.
Del Pozo Riaño menciona también áreas comunes como pasillos, comedores, gimnasios, bibliotecas y salas polivalentes. Los paneles acústicos absorben el ruido y evitan su propagación generando así ambientes más confortables. El resultado son espacios más amigables que invitan a la convivencia e incentivan la comunicación entre los miembros de la comunidad educativa.
Una escuela con acondicionamiento acústico genera muchos beneficios a todas las personas que deben estudiar o trabajar en ellas. El director técnico de Absotec, David Llorente asegura que las ventajas van mucho más allá del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que "con la incorporación de este acondicionamiento, se elimina la necesidad de hablar en voz alta o gritar, lo que produce ambientes más saludables y tranquilos".
Llorente advierte que aún existen muchos centros educativos que no cuentan con un adecuado sistema de eliminación del ruido. En ese sentido, sostiene que en este tipo de entornos la gente se expone a un mayor estrés y fatiga. En el caso de los centros educativos los alumnos disminuyen los niveles de motivación y el rendimiento. Esto ocurre porque en las denominadas ‘horas punta’ el nivel de ruido en estos lugares puede superar los 85 decibelios (dB).
Eso equivale al sonido que genera el tráfico intenso en una calle muy transitada, el paso de un tren o la maquinaria de una fábrica. Esos niveles de interferencia incrementan el tiempo de reverberación produciendo además ruido de fondo. La sumatoria de todo esto hace imposible una adecuada comunicación y mucho menos, una educación productiva.