
7 de septiembre de 2025
El joven novillero peruano Robert Alexander Copertino Gavino, conocido como Álex Gavino, perdió la vida a los 28 años tras recibir una grave cornada durante una corrida de toros. El suceso ocurrió el pasado martes 2 de septiembre en una plaza improvisada en Chiquián, provincia de Bolognesi, región Áncash, durante las celebraciones en honor a Santa Rosa de Lima. Según el portal Perú Taurino, el toro, perteneciente a la ganadería Rupay, le infligió heridas mortales en el muslo, abdomen y axila.
Álex Gavino, un torero aficionado que soñaba con destacar en la tauromaquia, ingresó al ruedo con pasión, pero fue embestido violentamente, según informó TVPerú. A pesar de ser trasladado de urgencia al hospital local, falleció a causa de una hemorragia severa.
La noticia ha causado una profunda tristeza en la comunidad taurina, tanto en Perú como a nivel internacional. El reconocido torero peruano Roca Rey expresó su dolor en Instagram: «¡Que Dios te tenga en su gloria, torero! Tu muerte duele profundamente a la tauromaquia peruana y mundial. Eres un ejemplo de amor y pasión. Diste la vida por lo que amabas: el toreo. El toreo es puro, mágico, hermoso, pero también muy peligroso, en España, Francia, México, Perú o cualquier lugar. Ahora eres inmortal».
Gavino era admirado por su entrega y su compromiso con la tradición taurina de su región. En 2017, él mismo compartió en redes sociales su dedicación: «Pienso en toros, sueño con toros... Día a día me esfuerzo por alcanzar mis metas, inspirado por grandes personas que me han apoyado en este mundo taurino. El camino es difícil, pero no me rendiré hasta lograr mi mayor anhelo: ser torero, mi felicidad».
La muerte de Álex Gavino subraya la peligrosidad de la tauromaquia, ya sea en plazas profesionales o en eventos populares. Su pérdida deja un vacío entre quienes veían en él a una promesa del toreo peruano. En redes sociales, aficionados y colegas han compartido mensajes de condolencia, destacando su valentía y pasión. Álex Gavino, con su entrega al ruedo, se ha convertido en un símbolo imborrable de la tauromaquia.