
19 de enero de 2021
Se trata de una de las acciones más repetidas en los últimos meses, contar con lo que se conoce como una vivienda de recreo, en la que poder disfrutar de la naturaleza en todo su apogeo.
Cuando se habla de fincas rústicas, la mayoría de personas se piensa que se trata de una vivienda que se ubica en el campo o en las afueras de una ciudad, donde la naturaleza es la principal protagonista. Si bien es cierto que esta idea no está muy mal desencaminada, hay que decir que, una finca rústica no es simplemente eso, de hecho, se entrelazan temas legales que hay que conocer a la perfección. En este sentido, se define como tal, a una vivienda que se encuentra dentro de terrenos rústicos la mayoría de los cuales, no suelen ser urbanizables. No obstante, una vivienda de este tipo se puede comprar como tal siempre que dicho suelo se quiera utilizar para aprovechamiento urbanístico.
Sabiendo esto, hay que comentar que la compraventa de fincas rústicas en Sevilla está en alza, y es por ello que, antes de ponerse manos a la obra y elegir una de estas viviendas, es esencial conocer algunos aspectos clave para garantizar la mejor compra posible.
Una de las primeras cosas que hay que hacer antes de adquirir una de estas fincas es informarse bien de quién es el propietario de la misma y sobre todo, controlar datos sobre si el inmueble tiene cargas añadidas. Para ello, es conveniente acudir al Registro de la Propiedad del término municipal que le corresponda a la finca y de esta manera conocer todos estos detalles.
Otra cuestión es enterarse si la finca elegida está arrendada o si, por el contrario, vive alguien allí en esos momentos. En el caso de que si lo haya, aunque comience el proceso de compraventa, el inquilino podría defender sus derechos de estancia.
Por supuesto, no hay que olvidar realizar un contrato formal y recomendándose que sea todo por escrito. Es importante tener un documento firmado, ya que es el que ofrece seguridad jurídica en el caso de que sea necesario. Para evitar problemas de este tipo, es conveniente contratar los servicios de una inmobiliaria de fincas que se encargará de gestionarlo todo. En cualquier caso, en este documento deben aparecer los datos personales de ambas partes, datos de la finca, el coste de la misma y la fecha en la que se acudirá al notario para llevar a cabo el trámite. Además, es imprescindible que se firmen todas las hojas del contrato.
Además de los datos ya incluidos en el contrato, también es conveniente antes de adquirir una de estas fincas enterarse de cuál es su superficie real. Asimismo, se debe comprobar si se trata de un espacio habilitado para el regadío y por supuesto, enterarse de cuánto es el pago por todo ello.
Aparte de todo lo mencionado, otro aspecto a tener en cuenta es establecer con claridad cuáles son los gastos que asume cada parte, al igual que los impuestos. No hay que olvidar que este trámite requiere costes tales como el Registro de Propiedad, el notario o incluso el impuesto de transmisiones patrimoniales, entre otras cosas.
El PAC hace referencia a los Derechos de Pago Básico, por tanto, es un dato que se debe incluir sí o sí en el contrato en vigor. Para que sea correcto, hay que añadir la descripción de los mismos con la numeración que corresponda.
Finalmente, no se recomienda adquirir una finca rústica sin saber antes si la misma está al corriente de los pagos de la contribución que le correspondan. Para garantizar que está todo en orden, los expertos aconsejan solicitar al anterior propietario, al menos, los últimos cinco recibos del IBI. En el caso de tener una negativa, la solución es acudir al Ayuntamiento del municipio e informarse de en qué estado está el inmueble y si hay recibos impagados.