8 de julio de 2024
A partir de 2025, la Selectividad en Sevilla experimentará cambios significativos con la implementación de la Lomloe, la ley educativa impulsada durante la primera legislatura de Pedro Sánchez. La principal novedad será la introducción del aprendizaje por competencias, una metodología que pretende evaluar la capacidad de los estudiantes para aplicar conocimientos en contextos prácticos, más allá de la mera memorización.
La Lomloe, que se basa en un enfoque pedagógico discutido en España desde los años 90, prioriza la aplicación práctica de los conocimientos. En la nueva Selectividad, se espera que los estudiantes demuestren su capacidad crítica, reflexiva y analítica, en lugar de simplemente recordar datos. Esto significa que las preguntas tipo test tendrán un peso reducido, no superando el 30% del examen. En su lugar, se dará mayor importancia a las preguntas abiertas que requieran respuestas más elaboradas y reflexivas.
Un aspecto importante de la reforma es la propuesta de las comunidades gobernadas por el PP de una Selectividad homogénea, con formatos, fechas y criterios de corrección similares para evitar diferencias de oportunidades entre territorios. Aunque no se trata de un examen idéntico en todas las comunidades, se busca una mayor uniformidad en las pruebas.
Otro cambio crucial es la reducción del número de opciones en los exámenes. Desde la pandemia, los estudiantes podían elegir entre al menos dos opciones en cada prueba, lo que permitía no estudiar todo el temario. A partir de 2025, habrá un solo examen con varias preguntas a elegir, garantizando que se evalúen las competencias necesarias en cada materia. Además, la corrección ortográfica será más rigurosa, representando hasta un 10% de la calificación total, subrayando la importancia de una expresión escrita clara y correcta.
La estructura de las pruebas se mantiene similar, con exámenes de Lengua y Literatura Castellana, Historia de España (o Historia de la Filosofía como alternativa), Lengua Extranjera y una asignatura de especialidad del Bachillerato. Además, en la fase de admisión, los estudiantes podrán examinarse de hasta cuatro asignaturas adicionales para subir nota, en función de las exigencias de la carrera deseada.
Los estudiantes podrán reclamar su calificación si no están de acuerdo con ella. Si hay una diferencia de dos o más puntos en la revisión, se solicitará una tercera corrección por un tribunal especial. A partir de 2025, la prueba se denominará oficialmente PAU (Pruebas de Acceso a la Universidad), un término ya utilizado en el pasado.
A pesar de los cambios, algunos aspectos de la Selectividad permanecerán constantes. Los exámenes seguirán teniendo una duración de hora y media y cada distrito universitario determinará los documentos y herramientas permitidas durante las pruebas. La fórmula para calcular la nota global de acceso a la universidad también se mantiene: la fase de acceso representará el 40% de la nota (hasta cuatro puntos), mientras que la calificación media del Bachillerato supondrá el 60%. La nota máxima seguirá siendo 14, considerando la fase de admisión.
En conclusión, la nueva Selectividad en Sevilla a partir de 2025 introducirá cambios profundos orientados a evaluar competencias prácticas y críticas en los estudiantes, marcando una evolución significativa respecto al modelo actual. Estos ajustes buscan una educación más adaptada a la realidad cotidiana y a las demandas del entorno social y profesional.