
27 de agosto de 2025
El impacto medioambiental de los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) representa uno de los principales desafíos en la gestión sostenible de recursos. Estos aparatos, una vez desechados, contienen sustancias contaminantes que, si no se tratan adecuadamente, pueden contribuir a la degradación atmosférica, incluyendo el deterioro de la capa de ozono. Frente a este escenario, la correcta valorización de los RAEE emerge como una herramienta decisiva para mitigar este problema.
ACS Recycling, empresa especializada en la gestión integral de residuos electrónicos, ha consolidado su compromiso con la sostenibilidad mediante un modelo de reciclaje que prioriza la protección del medioambiente. Sus procesos incluyen la recogida, transporte, desmontaje y tratamiento de residuos con el objetivo de garantizar una trazabilidad total y un impacto positivo en el entorno. Gracias a su enfoque técnico y riguroso, la organización evita la emisión de gases contaminantes que afectan directamente al equilibrio de la atmósfera.
La empresa ha incorporado iniciativas de responsabilidad social corporativa centradas en la medición y reducción de su huella de carbono. Como parte de su estrategia, ACS Recycling ha analizado sus emisiones de gases de efecto invernadero conforme a los estándares del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), trazando un plan de reducción alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“El tratamiento adecuado de los RAEE no solo recupera materiales valiosos, sino que también evita la liberación de gases perjudiciales para la capa de ozono”, explican desde la empresa. Este compromiso se ve reforzado por la divulgación científica y ambiental que promueve la compañía desde su página web, donde recientemente ha destacado los avances en la recuperación de la capa de ozono según los informes de la ONU.
Con su enfoque centrado en la economía circular y la innovación tecnológica, ACS Recycling contribuye activamente a la construcción de un modelo de desarrollo más sostenible. La recuperación de la capa de ozono, aunque en marcha, sigue requiriendo medidas concretas como la correcta gestión de residuos contaminantes. En esta línea, la labor de la empresa representa un ejemplo de cómo el sector privado puede impulsar cambios ambientales con resultados reales.