Redacción - 9 de noviembre de 2018
El gobierno de la señora Díaz sabía que había un mercadeo de supuestos trabajos científicos desde hace más de dos años. El desastre de gestión a la hora de aunar “otros méritos” ha abierto las puertas a conseguir un empleo en el SAS a personas que no lo merecían, una suerte de ‘enchufismo masivo’ permitido por la Junta del que se beneficiaron determinadas personas y academias de formación.
La falta de control absoluto del rigor científico de estos trabajo hizo que gente entregara hasta 200 trabajos de ámbito internacional o 400 de ámbito nacional, algo imposible.
Pero el ejecutivo de Susana Díaz miraba para otro lado y permitía que unos cuantos se aprovecharan de sus sistema irracional para conseguir empleo en la Junta.
Los trabajos, de un folio incluso, se compraban por Intermet y se entregaban a centenares por academias que se han forrado con esta forma de ‘enchufar’ a gente que no lo merecía dentro de la administración.
Ya en febrero de 2016, el sindicato SATSE denunció ante la Dirección General de Profesionales el chanchullo, chiringuito y caos creado por el Gobierno de Susana Díaz que promovía al tramposo frente al profesional que tenía experiencia laboral y que investigaba o se formaba para ofrecer un mejor servicio.
Para colmo, la única sanción, si trincaban al tramposo, que esos puntos no se contaran, fomentando así aún más la trampa y el fraude.
A pocas jornadas del comienzo de la campaña electoral electoral la Junta intentó cerrar este coladero de tramposos que ellos mismos habían creado con medidas que no tendrán efecto hasta 2020, permitiendo a más defraudadores entrar en la bolsa de trabajo.
