Vicki Vera - 3 de julio de 2024
Llegar al público, atraerlo, conquistarlo y, sobre todo, lograr que realicen una compra: ese es uno de los objetivos de los equipos de marketing de las empresas.
Para ello, existen muchísimas estrategias. Y cada vez son más las fórmulas que llegan a demostrar su eficacia y que se implantan en las principales firmas del mercado. La última tendencia es el llamado marketing olfativo.
¿En qué consiste y cómo puede aplicarse el uso de los olores para el fomento de la venta y la creación y difusión de la imagen de marca? Los expertos en estas prácticas ofrecen algunas pistas al respecto.
Nuestros sentidos están en constante estado de captación. Nadie entra a una tienda que no resulte atractiva o donde la música o el sonido de ambiente sea desagradable, ¿verdad?
¿Y qué pasa con el olfato? El público respira y, con cada inspiración, inevitablemente identifica y reconoce aromas, que pueden resultar más o menos atractivos.
El marketing olfativo aprovecha esta función del organismo. ¿Cómo? Asociando una fragancia a una marca o un producto concreto. Pero no solo eso, al identificar el aroma, el usuario tiene que sentir emociones positivas, sentirse en familia, estar en un lugar cómodo y que le ofrece felicidad.
La sensación que persigue el marketing olfativo es similar a la que se da al entrar a algunas casas de seres queridos.
¿Cuántas veces se ve a personas diciendo cosas como “aquí huele a la casa de mis tíos”, o “este perfume me recuerda a mi primer amor”? Casi siempre, cuando se dicen estas frases, se esboza una pequeña sonrisa.
El objetivo de los especialistas en marketing con aromas es similar, buscan lograr una experiencia estimulante, muy satisfactoria y que, desde el punto de vista comercial, consiga algunos propósitos establecidos por la marca en su estrategia de creación de marca y experiencia del cliente.
Los objetivos o propósitos del marketing olfativo podrían resumirse en dos, claramente diferenciados: permanencia en el local y estimulación de las compras. A estos se asocian otra serie de objetivos secundarios que también son tenidos en cuenta por los equipos que diseñan estos itinerarios aromáticos:
Estos son los principales valores del uso del marketing olfativo, una herramienta cada vez más presente en las tiendas y comercios de nuestro país.
