
3 de septiembre de 2025
En un momento en el que el sector inmobiliario se encuentra en constante debate, las voces de profesionales con experiencia directa, resultan esenciales para comprender qué ocurre realmente en el día a día de las compraventas y alquileres en España. Desde Tenerife, el asesor inmobiliario Juan Carlos Armas, inscrito en el Registro de Agentes Inmobiliarios de Canarias (RAIC) y perteneciente a la inmobiliaria Propietario Vendecasa, aporta una visión clara del sector.
Entre los aspectos que generan más dudas a los propietarios se encuentra la decisión de si vender una vivienda por cuenta propia es una opción válida. Nadie mejor que él para vender su vivienda; ya que muchos buscan intentarlo sin una agencia para mantener el control del proceso. Vender de manera directa permite fijar el precio deseado, organizar las visitas a conveniencia y aprovechar el conocimiento que se tiene de la vivienda para transmitirlo a los compradores.
Sin embargo, esta vía implica asumir responsabilidades que requieren tiempo, experiencia y habilidades muy específicas, y muchas veces lo que se termina consiguiendo es una pérdida de tiempo, combustible y paciencia. El propietario debe hacerse cargo de la promoción, del reportaje fotográfico, atender llamadas de interesados no cualificados y negociar con ellos, además de gestionar la parte legal y documental de la operación según su propio criterio —en ocasiones, frente a situaciones muy complejas—, a lo que se suma la dificultad de manejar adecuadamente las objeciones planteadas durante el proceso, lo que puede dificultar el cierre de la operación.
También se expone a un aspecto poco considerado: abrir la puerta de la propia vivienda a desconocidos puede suponer una ruptura de la intimidad familiar y un riesgo para la seguridad. En países con mayor índice de conflictividad social, esta exposición directa se analiza como un factor de peligro añadido, algo que cada vez empieza a ser tenido en cuenta en otros mercados.
El fenómeno de los precios inflados es otro de los problemas habituales. Los compradores disponen cada vez de más herramientas de comparación online, y filtros como el de “precio más bajo” de los portales inmobiliarios provocan que las propiedades mal valoradas permanezcan meses sin venderse. A esto se suma la falta de conocimientos de negociación y de estrategias de promoción, hoy indispensables para que una vivienda logre visibilidad en el menor tiempo posible.
Un agente inmobiliario registrado combina el conocimiento del mercado con un conjunto de herramientas para acompañar a los propietarios y compradores en cada fase del proceso, que sin estrés puede resultar apasionante al vivirlo por primera vez. Esta preparación permite identificar de manera temprana problemas habituales —como documentación incompleta, valoraciones fuera de mercado o contratos poco sólidos— y transformarlos en soluciones prácticas que facilitan la compraventa o el alquiler de una vivienda. En este contexto, surge una pregunta clave: ¿Cómo se llevan a cabo operaciones directas en un entorno tan cargado de riesgos legales e imprevistos?
Ante este panorama, la función del asesor inmobiliario adquiere una relevancia especial. Desde Propietario Vendecasa se subraya que el trabajo de un agente inmobiliario no se limita a abrir o cerrar puertas ni a cerrar operaciones; va mucho más allá. Existe una percepción social, en parte fruto de que el propio sector no siempre ha sabido comunicar con claridad en qué consiste su labor. Una inmobiliaria de confianza aporta valor real (tranquilidad, comodidad, legalidad, no enfrentarse a compradores agresivos, asesoramiento, negociación y acompañamiento) al garantizar que cada operación se desarrolle con transparencia, seguridad y eficiencia. La combinación de formación técnica, conocimiento del mercado y herramientas especializadas ofrece a propietarios y compradores la tranquilidad de que cada paso del proceso está bajo control.
El mercado inmobiliario ha vivido en los últimos años importantes cambios legislativos y transformaciones profundas. Se ha pasado de una inmobiliaria puramente transaccional o de cercanía, centrada únicamente en el intercambio económico, a una inmobiliaria emocional, donde se reconocen también las implicaciones vitales y personales que acompañan a cada compraventa o alquiler.
La visión compartida por el agente inmobiliario de Tenerife Juan Carlos Armas subraya que, detrás de cada operación, no solo hay números, hay historias inmobiliarias muy personales y decisiones trascendentes en la vida de cada persona que requieren un acompañamiento inmobiliario.