Redacción - 16 de enero de 2019
El canibalismo bajo el imperio azteca o sus sacrificios masivos de seres humanos, incluido el de niños, han sido científicamente demostrados hace años. Tanto documentos escritos de la época de la conquista como hallazgos arqueólogicos están arrojando certezas sobre la realidad de esa y otras culturas precolombinas.
Un equipo de arqueólogos ha encontrado restos de 132 niños sacrificados pertenecientes a la tribu Chimú cerca de la ciudad peruana de Huanchaco.
“Hemos encontrado un entierro con un total de 132 niños y 262 llamas (camélidos andinos). Lo más novedoso es que dentro de ese conjunto de 132 niños, hay 10 que al parecer fueron de la élite chimú, que fueron ataviados con tocados de plumas”, ha declarado el director del proyecto, el arqueólogo Gabriel Prieto.
Según detalla Prieto la cultura Chimú mataba a los niños en ritos religiosos, pero no solo de las clases bajas sino que “los líderes chimús también sacrificaron a sus propios hijos”, como se desprende del lujo con que se enterraron a los infantes del hallazgo.
Los niños encontrados tenían edades de entre 6 y 14 años cuando fueron sacrificados según el estudio realizado desde el año 2016 bajo el auspicio de National Geographic.
Surgida en la costa norte entre los años 1100 y 1500 de la era cristiana, el reino Chimú era una cultura preincaica del antiguo Perú.
John Verano, antropólogo de la Universidad de Tulane que es miembro del equipo investigador y especialista en sacrificios humanos ha recordado que en los imperios inca, maya o azteca existían estos sacrificios también.
“En todo el mundo hay evidencia de sacrificios, pero en números no se comparan con los realizados por los chimúes. En este caso los estudios han determinado que los niños, cuyas edades van entre los 5 y 14 años, estaban en buen estado de salud, lo que nos indica con certeza que se trataba de un sacrificio de gran valor”, asegura Verano añadiendo que los indicios apuntan a la presencia de más vestigios de la cultura Chimú en esta zona de Huanchaco.
