Redacción - 1 de marzo de 2019
Los enorme cantidad de halagos desde medios de comunicación a Ana Pastor, presidenta del Congreso de los Diputados, tras su despedida ayer en el fin de la legislatura, parecen olvidar su decisión más polémica.
Entonces fue acusada de falta de neutralidad y de actuar al servicio de su amigo y jefe Mariano Rajoy, justo lo que no debe ser una presidenta del Congreso.
Pastor, que según los medios es muy simpática y cariñosa, y que ha cobrado un dineral (13,758 euros al mes), puso la investidura de Mariano Rajoy para el día 30 de agosto de 2016. Esto significó que la votación se realizó el 31 de agosto.
Con esta medida partidista de Ana Pastor, el calendario comenzó a correr y su jefe, Mariano Rajoy, tuvo dos meses para conseguir la investidura. Otros candidatos también pudieron intentarlo pero entonces Susana Díaz y los barones, con ayuda de los medios del IBEX, dieron el ‘golpe susánida’ dentro del PSOE y derrocaron a Pedro Sánchez.
Si nadie hubiera sido elegido presidente, como finalmente fue gracias al apoyo de la gestora susánida que controlaba el PSOE, el 1 de noviembre se hubieran disueldo las Cámaras y los españoles hubiéramos tenido que ir a votar el 25 de diciembre, día de Navidad.
Digital Sevilla