Redacción - 23 de octubre de 2019
Empresas privadas que atienden a sus propios intereses son los dueños de la censura y la limitación de la libertad de expresión en gran parte de la opinión pública. Ante la inacción política ante este agravio, se están dando cada vez más casos absurdos siguiendo unos criterios cada vez más puritanos y ridículos.
La último ha sido que Instagram ha censurado una serie de fotografías de un cocido gallego por «infringir las normas comunitarias» las cuales incluyen «violencia gráfica, lenguaje que incita al acoso, violencia y bullying o desnudos y actividad sexual».
Según detalla a la agencia Efe Richard Barreira, el natural de Vigo que realizó las fotos “ofensivas, las imágenes mostraban garbanzos, verduras, carne, chorizos y vino, como se presentan en la mesa.
De hecho en la publicación ponía “primer cocido de la temporada” en casa de la madre del usuario, una foto que suele compartir cada año sin que hubiera tenido antes un problema similar.
«Me parece increíble. No habrá restaurantes, cocineras y cocineros en Instagram que ponen sus manjares. Puedes ver tropecientas publicaciones de comida, de hamburguesas», declara Barreira que compartió las fotos este domingo al mediodía.
Esa misma tarde Instagram eliminó la publicación por los motivos anteriormente citados.
Todavía se desconoce si la denuncia vino de otro usuario ya que la red social no le ha dado ninguna explicación.
A Barreira le parece «surrealista», ya que «por mucho que una persona denuncie tiene que haber alguien que diga que el usuario tiene razón».
«A ver si alguien aquí en Galicia defiende lo suyo», denunció Richard Barreira, quien para difundir la situación, compartió lo sucedido con cuentas de redes sociales como la de «Cultura» de la Xunta de Galicia o «Cocido Gallego».
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