Redacción - 4 de febrero de 2020
A un único lobo le culpan la muerte de 131 animales desde mayo 2019, en su mayoría ovejas, en una parte del territorio que gestiona la Diputación Foral de Álava, la sierra de Gibijo y alrededores.
Según detalla El País, a protestas de los ganaderos, se ha autorizado, como de si de épocas pretéritas se tratara, un periodo de 14 días para acabar con el ‘monstruo’, en este caso un cánido.
Su muerte se podrá llevar a cabo por personal autorizado hasta el 14 de febrero usando el método de espera o rececho, es decir, emboscar al animal en una zona hasta que aparezca para matarlo.
En Álava los lobos no están asentados y culpan a este ejemplar aunque no descartan que puedan ser dos lobos solitarios.
Desde el colectivo Grupo Lobo Euskadi afirman al diario que así se actúan con todos los lobos en el País Vasco y que deberían de establecerse medidas preventivas ya que el ganado está suelto por el campo sin que lo vigilen mastines ni pastores.
En la zona noroccidental de la península Ibérica hay 240 grupos reproductores al norte del Duero.
Estos lobos (Canis lupus signatus), son errantes, y proceden de Burgos. De allí suelen venir un 1% que recorre de vez en cuando la provincia de Álava.
Desde el colectivo señalan al periódico que entienden a los ganaderos pero critican a la administración ya que no es lo mismo matar un lobo en el País Vasco que en Castilla y León, donde la población es muchísimo más grande remarcando que en cuanto un ejemplar pisa suelo vasco lo matan.
La posibilidad de supervivencia de la especie depende de su contacto con los lobos europeos y ahí Euskadi supone una barrera mortal infranqueable.
En el País Vasco el lobo está protegido por la ley como toda la fauna silvestre pero, cuando hay autorización administrativa sí se le puede liquidar.
Para colmo, desde Grupo Lobo Euskadi critican que el día 5 de febrero el lobo sea incluida como especie amenazada en Álava, mientras cuatro días antes han autorizado su muerte.
Al sur del Duero los lobos están protegidos, al norte son especie cinegética pero no en todos sitios se permite cazarlos con la misma libertad.
Está permitido matarlos en Castilla y León, Cantabria y Galicia, en Asturias no es especie cinegética pero está sometido a controles por parte de la administración.
En Portugal, sin embargo, la especie está totalmente protegida donde se estima que hay unas 63 manadas.
En las comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria, Madrid y Castilla-La Mancha hay unas 297 manadas con algún ejemplar que se traslada al Pirineo catalán, a Euskadi o La Rioja.
