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Villarejo teme que lo maten en prisión y pide protección moral y física

Villarejo teme que lo maten en prisión y pide protección moral y física

Redacción - 20 de diciembre de 2018

El excomisario José Manuel Villarejo ha denunciado ante el Juzgado Central de Instrucción 6 torturas y trato degradante por parte de los funcionarios de prisiones del centro penitenciario donde se encuentra encerrado.

Su letrado José García Cabrera, ha presentado un escrito ante el Juzgado Central de Instrucción 6 en el que solicita que "se adopten las medidas de protección de la integridad física y moral" porque "durante su estancia como preventivo en la prisión de Estremera, ha sufrido determinados comportamientos de palabra u obra que rebajan y envilecen su situación de reclusión, siendo despreciado y atropellado el fundamental valor de su dignidad personal, y consecuentemente viéndose seriamente lesionada su integridad moral.”

En el documento se pide que “se adopten las medidas de protección de la integridad física y moral del preso José Manuel Villarejo Pérez que sean procedentes”.

La Cadena SER ha publicado cómo ve su situación el excomisario:

“El pasado 26 de noviembre, tras el 'vis a vis' familiar, irrumpieron con las peores formas en la sala cuatro o cinco de funcionarios provistos de dispositivos electrónicos de los que se utilizan para recuperar micrófonos que se clavan como chinchetas, así como con raquetas detectoras de metales. Llamado inmediatamente en solitario al cuarto de cacheo, uno de los funcionarios, mientras se colocaba unos guantes de látex de manera ceremoniosa, me obligó a desnudarme e incluso a agacharme pretextando que debía registrar todo mi cuerpo. Varios de los funcionarios, cuando estaba completamente desnudo, con sorna y burla me miraban haciéndome sentir despreciado, cosificado y humillado. Uno de los funcionarios llegó a señalarle a su compañero: 'venga, hay que pasarle la raqueta por los huevos de una puta vez'. Inmediatamente después, fui conducido a la enfermería donde me desinfectaron dos raspones que tenía en la cabeza y, al tomarme las constantes, certificaron que no era posible anotarlas por estar disparadas (...) El pasado 10 de diciembre, tras el 'vis a vis' familiar y al hacerme entrar en la sala de cacheo, uno de los funcionarios se dirigió́ a mí con mirada retadora a escasos centímetros de mi cara mientras otro, más corpulento, abría un paquete de pañuelos y los tiraba uno a uno sobre la mesita donde estaban mis objetos personales mientras me susurraba, en tono amenazante y agresivo, que a partir de ahora lo iba 'a pasar muy mal', que 'gente muy importante había pedido al director' que me sacara 'el lugar donde tenía una copia de todo, y que si no cooperaba, iban a ponerme un compañero conflictivo en la celda y a los pocos días iba a estar aislado, incomunicado, solo'. Añadió́ que a mi 'amigo' el juez le quedaban dos telediarios. (…) En estos episodios especialmente, también en otros, he percibido conductas que no puedo calificar sino de tortura psicológica por parte de funcionarios muy concretos, una minoría respecto al trato correcto de la inmensa mayoría. Me he sentido agredido, vulnerable, consciente de que en cualquier momento podía ser atacado físicamente por sujetos grandes, jóvenes, aparentemente fuertes, y en un espacio muy pequeño y cerrado. (...) Más allá de sentir miedo, jamás he reaccionado con violencia a pesar de la indefensión frente a un poder físico tan abrumador; aunque ante la amenaza de males para mi mujer y mi hija me vi obligado a presentar una instancia disculpándome por el episodio del día 26 de noviembre. (…) No quiero pensar, pero es inevitable, que haya intención por parte de autoridad alguna de hacerme cada día a partir de ahora la vida más difícil en prisión, provocándome algún tipo de fallo de salud, habida cuenta de que es 'vox populi' mi arritmia ventricular que ya no controlo. Esto, en unas circunstancias en las que la tensión se dispara cada vez que alguna información me afecta de manera emocional. (…) Cuesta creer que en un Estado democrático y de Derecho alguno de sus altos cargos pueda imaginar siquiera la eliminación física de una persona inocente. No puedo ocultar que en varias ocasiones, los últimos días, me ha venido a la mente el reciente episodio de Jamal Khashoggi. (…) Mi estado general de inquietud me lleva a analizar los medicamentos que semana a semana se me suministran. Hay sustancias que producen como resultado un infarto de corazón y/o cerebral y, dado mi delicado estado de salud, se podría pensar en la existencia eventual de una muerte 'normal' en lo que habría sido una acción planeada y provocada. (…) Mi principal preocupación y mi meta es, del alba al ocaso, salir con vida de este infierno de Estremera para poder defenderme, como reza nuestra Constitución, con todas las garantías, y si llegara el caso, a un juicio justo".