13 de julio de 2018
El ser humano ha conseguido un logro al frenar parte de su impulso de autodestrucción en aras del beneficio económico.
El destructivo agujero en la capa de ozono de la Antártida ha desaparecido según ha anunciado la Agencia Espacial Europea este miércoles en su página web.
Los datos arrojados por las imágenes captadas por el satélite Copernicus Sentinel-5P en noviembre han permitido a la agencia aseverar que el peligro se ha disipado por el momento.
En 2015 el agujero había disminuido en 4 millones de kilómetros cuadrados respecto a su tamaño en el año 2000 y hace dos años los científicos verificaron los primeros signos de "curación" de la capa de ozono en la Antártida.
El cumplimiento del Protocolo de Montreal, firmado por todos los países en 1987, que prohibía el uso de los clorofluorocarbonos por ser destructivos con la capa de ozono ha sido decisivo según los investigadores.
De todas formas, los científicos advierten que el peligroso agujero podría aparecer de nuevo en el futuro.