19 de abril de 2024
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Un francotirador franquista planeaba matar al presidente del Gobierno Pedro Sánchez

Un francotirador franquista planeaba matar al presidente del Gobierno Pedro Sánchez

Redacción - 8 de noviembre de 2018

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno

Un francotirador sobresaliente, el mejor del club de tiro olímpico del Vallés, tenía pensado matar a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

Según informa en exclusiva el diario Publico.es, Manuel Murillo Sánchez, con 63 años de edad, se enervó cuando el líder del Partido Socialista decidió que iba a sacar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos.

Vigilante de seguridad privada con licencia de armas por tanto y afición deportiva, buscó cómplices en un grupo de WhatsApp para acabar mediante un magnicidio con el “rojo de mierda”.

Frecuentaba ambientes de la ultraderecha pero no tenía antecedentes policiales, era un lobo solitario.

"Un don nadie con permiso de armas, cuya maestría en el tiro no llamaba la atención, igual que no resultaba sospechoso que llevase pistola, pues la necesitaba para su trabajo" detalla una fuente cercana a la investigación al periódico digital.

El tirador fue capturado por los Mossos d’Esquadra hace tres semanas pero no había trascendido. Preguntó a los compañeros de chat cómo obtener la agenda del presidente y su localización exacta. No le importaba ser detenido dijo en WhatsApp, “Estoy dispuesto a sacrificarme por España”.

Los Mossos recibieron el chivatazo y rastrearon al ultra y procedieron a su detención tras detectar que era un gran tirador. En su domicilio encontraron un un fusil de asalto militar Cetme, un subfusil ametrallador checoslovaco Skorpion vz. 61, y cuatro fusiles de altísima precisión, capaces de acertar un blanco a 1.000 o hasta 1.500 metros de distancia. En su vehículo tenía dos pistolas, una de ellas modificada e ilegal.

Además Murillo era capaz de modificar armas ya que su armamento en parte había sido reparado por él.

El presidente del Gobierno decidió que lo mejor era la discreción y que no se comunicara el atentado frustrado.

En la investigación del caso han intervenido a su vez la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

El juzgado número 2 de Terrasa abrió las diligencias ya que la Audiencia Nacional no han considerado que se tratara de una amenaza terrorista sino tan solo una “proposición de homicidio de autoridad” con “tenencia ilícita” de un “depósito de armas”.

Manuel Murillo está en prisión incondicional en la cárcel de Brians-2, en Sant Esteve Sesrovires, cerca de Martorell. Allí confesó nada más ingresar sus intenciones de atentar contra Pedro Sánchez. Poca duda cabe de que lo habría hecho si hubiera podido, por su determinación y capacidad para cometer el crimen.

Los servicios de inteligencia policiales deberán estar atentos a un nuevo y amenazador perfil: el de los franquistas frustrados, sin filiación ni historial violento, que de pronto están dispuestos a tomar las armas contra la Memoria Histórica.