14 de marzo de 2019
La noche del pasado 22 de febrero, la Policía Nacional entró en la embajada de Corea del Norte, situada en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca tras el extraño asalto sufrido presuntamente por 10 miembros de la CIA norteamericana.
Tal y como detalla EL MUNDO, encontraron una gran cantidad de armas largas, fusiles y escopetas, así como armas cortas. Los agentes no descartan que muchas o todas, pertenecen a los asaltantes que las dejaron allí para poder pasar desapercibidos tras el ataque.
Según detalla el diario, en la investigación del grave suceso diplomático están interviniendo el CNI, la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, la Brigada Provincial de Información, la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el Juzgado Central de Instrucción número 5.
El diario EL PAÍS publicó el miércoles que las pistas apuntaban a que podría ser una operación encubierta de la CIA, los servicios secretos de EEUU. Si se confirma sería un hecho grave pues se trata de una acción violenta en suelo español contra una embajada.
Aunque la tapia no es difícil de saltar, la Policía no descarta que contaran con colaboración interna desde la embajada. Maniataron y golpearon a los empleados de la embajada y a un grupo de estudiantes de arquitectura norcoreanos que se encontraban allí dentro en ese momento.
Al actual jefe diplomático, Yu Sok So, el encargado de negocios de Corea del Norte en Madrid, los atacantes lo apartaron del resto y lo interrogaron en una habitación. Él ha contado a la Policía que los atacantes eran de Corea del Sur.
Le preguntaron sobre el trabajo desempeñado anteriormente por el embajador Kim Hyok Chol, una de las personas claves en la reunión en Hanoi (Vietnam) entre Donald Trump y Kim Jong-un, que acabó abruptamente unas jornadas después.
Se llevaron documentos y ordenadores de la embajada, tras atar las manos, golpear y cubrir las cabeza con bolsas de plástico al personal de la embajada. Su acción estaba perfectamente planificada y conocían lo que buscaban.
Desde la embajada surcoreana negó cualquier actividad y han enviado además una carta a EL MUNDO negando su participación en los hechos.
Por su parte, fuentes de la inteligencia española al ser preguntados por la CIA declaran al periódico:
"Ellos niegan que hayan sido y es muy difícil que lo podamos demostrar. Pero está claro que buscaban algo que el anterior embajador, Kim Hyok Chol, se pudo haber dejado en algún ordenador de Madrid".
El día del ataque las autoridades españolas estaban brindando ningún tipo de protección a esta embajada, algo poco común si tenemos en cuenta que estamos en un nivel alto de amenaza terrorista y las legaciones diplomáticas se consideran puntos calientes.
La policía española tardó más de dos horas en enterarse de que estaban asaltando la embajada de la República Democrática de Corea, y lo hizo porque un vecino llamó a Emergencias alertando de que había visto a una mujer huir saltando de un segundo piso.
Ante esto, las fuerzas y cuerpos de seguridad reaccionaron, pero no lo hicieron mandando a decenas de patrullas armadas hasta los dientes. Tan solo se acercó una patrulla, llamó al timbre, salió uno de los secuestradores, dijo que todo estaba bien, los agentes se lo creyeron y se marcharon.
Minutos después los asaltantes salieron a toda leche de la sede diplomática robando dos coches, entonces, la patrulla que todavía seguía cerca, entro en el edificio y se encontró a los diplomáticos norcoreanos asustados y magullados.
El ataque sucedió cinco días antes de la cumbre que reunió a Kim Jong-un y a Donald Trump en la capital de Vietnam, y se sospecha que el suceso acaecido en Madrid estaría relacionado con ese evento, que acabó finalizando abruptamente, tras afirmar el presidente estadounidense que los coreanos no fueron sinceros al decir que habían parado por completo su programa de armas nucleares.
El delegado especial de Corea del Norte en España, Alejandro Cao de Benós, se ha hecho eco en su cuenta de Twitter de las últimas revelaciones sobre el asalto a la embajada, destacando la presunta participación de la CIA y cuestionando si el Gobierno español actuará con “servilismo” frente a Washington o si por el contrario “tiene una mínima dignidad”.
En otro tuit, Cao de Benós ha reconocido su “respeto a los agentes del Centro Nacional de Inteligencia que se han atrevido a señalar a los criminales de la CIA” y ha manifestado su “desprecio” al presidente español Pedro Sánchez y al ministro de Exteriores, Josep Borrell, que en su opinión “se mantienen mudos calentando su sillón”.