11 de abril de 2019
La asesoría jurídica debe estar en manos de un profesional capacitado para ejercer la defensa y representación de los intereses de sus clientes. Aunque existen muchas áreas legales en las que estos especialistas suelen desenvolverse, uno de los sectores más comunes es el familiar.
Todo aspecto legal relacionado con el campo de trabajo familiar, debe contar con un representante que garantice un servicio competente con años de experiencia y buenos resultados, avalados por sus antecedentes, siendo aún mejor si su especialidad es la abogacía familiar.
Un buen abogado es aquel que cumple las expectativas de sus clientes, es por esto que los abogados de familia tienen la ardua tarea y compromiso de ejercer esta prestigiosa carrera con habilidad, destreza para negociar y, por supuesto, calidad humana.
Las distintas áreas que conforman el ejercicio del Derecho de Familia, hacen de éste, un campo repleto de oportunidades pero también lleno de riesgos para cualquier abogado, ya sea un divorcio, custodias compartidas, herencias, incapacitaciones, modificaciones médicas, etcétera. Todo profesional del Derecho familiar deberá estar audazmente preparado para llevar al mejor término cada caso.
Otro factor importante que un letrado experto sabe reconocer es la fina línea que existe entre lo jurídico y lo emocional, ya que en los casos familiares, ambas situaciones son muy comunes y regularmente están ligadas. Ante las necesidades afectivas del cliente y el “adversario”, deberá prevalecer la ley.
Aunque existen distintas normativas sobre la confidencialidad en el Derecho, los licenciados juristas tienen la responsabilidad de mantener la privacidad de cada información referente a su cliente. Esto no sólo fortalece la relación entre abogado y protegido, sino que al mismo tiempo, extiende las posibilidades de obtener mejores resultados. Es posible que un abogado familiar que conozca más detalles, tenga más oportunidades de defensa.
En el Derecho de familia, las relaciones personales y patrimoniales pasan a ser regidas por normas jurídicas. Este conjunto de principios legales aplicados a la institución familiar fue también considerado por algunos grupos como una de las vertientes del Derecho Civil, pero al tratarse de un campo no fundamentado en la individualidad, hoy en día tiene autonomía.
Al ser la entidad social más antigua conocida por la humanidad, la familia es para la legislación una unidad que no se debe guiar sólo por lo emocional sino también por lo legal, de esta forma, las leyes, procesos jurídicos y regulaciones que involucran a la familia, deben definitivamente ser dirigidas por un abogado familiar.
En muy raras ocasiones quienes conforman una familia esperan tener que acudir a los servicios de un abogado familiar, esto se debe al motivo afectivo y sentimental con el cual se inician las relaciones. Aún así, en este núcleo en el que los intereses individuales pasan a ser colectivos, surgen distintas situaciones en las cuales, por acuerdo o no, es necesaria la asesoría de un mediador legal.
La siguiente lista destaca algunas de las áreas de la abogacía familiar: