21 de abril de 2019
Los dirigentes del Partido Popular llevan meses insistiendo en que nuestro país se juega su futuro en las próximas elecciones del 28 de abril. Sin embargo, el que verdaderamente se juega su futuro es el partido más corrupto de Europa, es decir, el Partido Popular.
Según afirman medios citando a gerentes y tesoreros del partido, de cumplirse lo que vaticinan los sondeos, el PP tendría que cerrar y vender sus sedes (incluida la nacional situada en la madrileña calle Génova) y tendría que afrontar un ERE en toda España despidiendo a decenas de empleados.
Lo primero que provocaría la caída en número de diputados nacionales, sería un ERE a nivel nacional. Según afirman los medios citando a fuentes del partido "sobraría mucha gente" en la formación política.
Además, el partido que ahora lidera Pablo Casado, tendría muchos problemas para pagar los créditos que actualmente mantiene con diferentes entidades bancarias.
Para que el Partido Popular pueda salvarse tendría que lograr (al menos) más de 100 diputados. Sin embargo, la formación conservadora se quedaría muy lejos de esa cifra. Según el macrosondeo del CIS, publicado antes del comienzo de la campaña electoral, los de Casado lograrían entre 66-76 diputados, con un 17,2% de los votos.
¿Estamos ante el comienzo del fin del PP?