2 de julio de 2019
El excomisario Villarejo ha mandado un escrito desde prisión a la Audiencia Nacional incluyendo detalles y nombres de encuentros afirmando que el Gobierno de M. Rajoy le ordenó investigar al independentismo en Cataluña y a Corinna Larsen, la amiga íntima del rey emérito.
José Manuel Villarejo manda este documento desde la cárcel de Estremera y al que ha tenido acceso Vozpópuli. El excomisario cita varias veces a Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad y número dos de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior durante el último gobierno de Rajoy.
Según publica el digital, Villarejo detalla cómo en agosto de 2014 planteó su jubilación anticipada, pero que Martínez no se la aceptó. Vozpópuli ha hablado con el exsecretario de Estado de Seguridad que no ha querido valorar estas palabras y las califica como informaciones falsas.
“Con ocasión de un encuentro que en agosto de 2014 mantuve con Francisco Martínez, le manifesté mi decisión de adelantar mi jubilación alegando que esta tensión al final perjudicaría al Gobierno”, afirma Villarejo en relación a la tensión que mantenía con Félix Sanz Roldán, máximo responsable del CNI.
“Lejos de aceptarla (la jubilación) el secretario de Estado me convenció para que siguiera adelante ya que graves problemas como el separatismo y el terrorismo internacional amenazaban a España y necesitaba que siguiera trabajando en muchos campos”, asevera el excomisario que se define como servidor de España y que todas sus acciones fueron respaldadas por los altos responsables de seguridad del país.
Además Villarejo acusa a la Fiscalía de tener una veintena de fiscales fieles a Sanz Roldán e insinúa que alguien ha intentado envenenarle en la cárcel.
Villarejo elude sin embargo dar detalles de la operación Kitchen, donde se investiga si robó a Luis Bárcenas, información comprometedora para el partido de Mariano Rajoy.
El policía Enrique García Castaño ya involucró al secretario de Estado de Rajoy como receptor de determinadas informaciones robadas al extesorero del PP.
Sobre el alto cargo de Interior de Rajoy dice: “Me garantizó (Francisco Martínez) que se arreglaría ya que incluso el presidente Rajoy le había pedido superar las diferencias organizando incluso un desayuno al que por cierto jamás acudió (Sanz Roldán), sin importarle incumplir esta orden”.
Según Villarejo, el director del CNI “manejaba a su antojo a la vicepresidenta” Sáenz de Santamaría, que usaba a María Picó, su jefa de gabinete, para manejar al secretario de Estado de Interior y que éste manejaba a Ignacio Cosidó, director de la Policía.
“El secretario de Estado, que se sentía con formación superior al ministro, aspiraba a sucederle, de ahí que no le informaba las veces que el presidente del Gobierno le consultaba directamente, ni cuando le llamaba a Moncloa para temas personales (...) Francisco Martínez quiso jugar a tener dos sillas y al final se quedó sin lugar donde sentarse” señala Villarejo.