26 de abril de 2024
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Servicios de financiación, el recurso de muchos para sobrevivir durante la cuarentena

Servicios de financiación, el recurso de muchos para sobrevivir durante la cuarentena

Miguel Ángel Olimpo - 26 de marzo de 2020

El estado de alarma declarado por el gobierno español hace un par de fines de semana para frenar la expansión del COVID-19 obliga a muchos ciudadanos a paralizar toda actividad laboral y social. El impacto económico para muchas empresas y trabajadores es latente y son muchos los que necesitan recurrir a diferentes tipos de financiación para no verse enfocados a echar el cierre de sus negocios o, incluso, para poder pagar facturas o llenar la nevera durante el tiempo que dure el confinamiento.

 

ERTEs y despidos masivos

El coronavirus se erige como el nuevo villano mundial de este año 2020. La crisis sanitaria, social y, principalmente económica, entre otras, que está generando el COVID-19 se presupone como la mayor crisis de la historia desde la Segunda Guerra Mundial, y no cuenta con precedentes. Ante el pánico que está asolando a la población, son muchos los gobiernos que deciden instaurar el estado de alarma para así frenar contagios y no colapsar el sistema sanitario, lo que llevaría a una crisis todavía más severa.

Ante la imposibilidad de ejercer el derecho a trabajar por el estado de alarma en muchos sectores que no sean de primera necesidad, un numeroso porcentaje de empresarios y trabajadores se ven tremendamente afectados, económicamente hablando. El desempleo aumenta inexorablemente durante la cuarentena y los ERTEs y los despidos masivos son el único recurso que les queda a muchos empresarios para no tener que cerrar sus negocios.

Ante esta forma de desempleo legal (los ERTEs) un trabajador cobra alrededor de un 70% de su sueldo normal, por lo que en muchas ocasiones, no llega a cubrir sus necesidades básicas. A causa de la reducción de la jornada laboral, los despidos legales o la reducción de comisiones o sueldos, son muchos los que deciden adoptar una medida desesperada, a la par que necesaria: recurrir a la financiación.

 

Tipos de financiación

Los productos financieros a los que se suelen acudir en caso de falta de liquidez o de un imprevisto, son los préstamos y los créditos. Su finalidad es la misma, pero siendo estrictos, no son el mismo producto financiero.

Por un lado, los préstamos son operaciones financieras en las que una entidad bancaria, un capital privado o una empresa de créditos, presta dinero a una empresa o particular con el objetivo de satisfacer sus necesidades mediante un contrato que obliga al receptor a devolverlo, normalmente con intereses, en un plazo determinado, previamente pactado en el contrato.

Por otro lado, los créditos son muy similares a los préstamos, con la diferencia de que el importe no se entrega en su totalidad, sino que se lleva a cabo de una forma parcial, como ocurre en casos como una tarjeta de crédito personal o una línea de crédito para empresas. Los intereses, en la mayoría de los casos, suelen ser ligeramente superiores a los impuestos en los contratos de un préstamo, pero con la diferencia de que no se acuerdan dependiendo de la cantidad total prestada, sino por el tiempo en el que el solicitante del crédito disfruta de éste.

Para saber exactamente qué producto financiero nos conviene más, existen webs como pedirprestamo.com que nos facilita mucho la labor a la hora de escoger una opción u otra.

 

La financiación puede ser el recurso que necesitas

Mucha gente se encuentra en la misma situación de pánico y estrés que supone el no poder hacer frente a pagos como el alquiler, la hipoteca, las facturas, los impuestos, etcétera. El cese de la actividad laboral nos limita muchas a veces a la hora de poder hacer dispendios, ya que vemos reducido nuestros ingresos. Es por ello por lo que recurrir a la financiación puede ser nuestra única salvación.

Es cierto que mucha gente rehúsa de estos productos económicos por no querer comprometerse a tener que pagar cierta cantidad de intereses, pero teniendo en cuenta que este estado de alarma pueda durar solamente un mes y que la cantidad prestada que podamos necesitar tampoco sea excesivamente alta, no es descabellado recurrir a la financiación para poder mantener nuestra calidad de vida y nuestro bienestar.