21 de febrero de 2019
Pietro Parolin, el secretario de Estado del Vaticano, ha remitido una carta a Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno, en la que detalla la posición de la Santa Sede ante la exhumación de la momia del dictador Francisco Franco.
"La Iglesia no se opone a la exhumación de los restos mortales del general Franco, si la Autoridad competente así lo dispone", afirma Parolin en la misiva enviada el pasado 14 de febrero.
Este mensaje coincide con lo transmitido a Calvo el pasado 29 de octubre en la reunión en el Vaticano.
"A la comunidad benedictina de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos fue recordado y se seguirá recordando su deber cívico de observar plenamente el ordenamiento y de respetar a las Autoridades civiles", remarca la misiva.
La carta que Parolin envió a la vicepresidenta hace seis días ha trascendido ahora, después de que la vicepresidenta detallase a 'La Vanguardia' en una entrevista que el secretario de Estado del Vaticano le había dado el visto bueno a la posición del Gobierno.
"El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, me escribió el jueves, diciendo que está a favor de que se exhumen los restos de Franco y que eso lo tiene que hacer la autoridad competente. Lo dice literalmente. Y la autoridad competente es el Gobierno", afirmó Calvo al diario.
Por su parte, Alessandro Gisotti, director interino del Vaticano, aseveró el sábado 5 de enero que la exhumación del dictador "concierne a su familia, al Gobierno español y al Iglesia local".
Gisotti dijo estas palabras tras conocerse que el prior del Valle de los Caídos se oponía a la exhumación de la momia de Franco y de que el Gobierno respondiese que acudirá a sus superiores ante esta negativa.
En octubre, después del encuentro entre Calvo y Parolin, el Vaticano detalló en un comunicado que no se oponía a la exhumación del dictador “si así lo han decidido las autoridades competentes”
A su vez aclaró que no se había precisado en ningún momento sobre el lugar de la inhumación ante la posibilidad de que fuera a la catedral de La Almudena.
La vicepresidenta le había comunicado la preocupación del Gobierno ante la posibilidad de que fuera inhumado en La Almudena, en el centro de Madrid y por ello se estaban estudiando otras alternativas, dialogando con la familia y que el secretario de Estado del Vaticano estuvo de acuerdo con esta solución.