17 de mayo de 2019
Rentabilizar un proyecto es algo que requiere contar con un buen plan, asesoramiento y recursos adecuados.
Cuando se tiene en mente una idea de negocio, queda claro que uno de los aspectos más importantes, es lograr rentabilidad en el menor tiempo posible. Aunque lo cierto es que no existen fórmulas mágicas, y todo proyecto necesita tiempo y esfuerzo, para salir adelante.
Además, es muy importante tener claras algunas cosas, además de contar con recursos e ideas que faciliten hasta cierto grado, la viabilidad. Éstas son algunas de esas ideas.
Muchos negocios empiezan con el temor de no saber si van a ser capaces de hacer que la fórmula funcione. Aunque existe un modo de tener más posibilidades de éxito con el sistema de franquicia.
Las franquicias pueden ser una buena idea para montar un negocio porque parten de una fórmula que ya está funcionando. Cuentan con una marca conocida y que tiene cierta demanda, de modo que es muy probable que los clientes potenciales estén deseando que alguien ponga una por su zona.
De todas las franquicias posibles, sin duda, las de alimentación son las que más demanda tienen, como puede confirmar comessgroup.com, que no sólo cuenta con negocios muy conocidos en España, sino que tiene presencia en otros países. Replicar una idea que ya está funcionando en muchos sitios, supone comenzar con cierta ventaja, sólo hay que buscar una zona adecuada y ponerse manos a la obra.
Algo en lo que fallan muchos emprendedores, es en no seguir un plan de viabilidad con el que se sepa qué pasos dar y cuáles son los riesgos que existen. Para ello, es imprescindible contar con asesores que orienten en temas como el financiero, ya que la mayoría de emprendedores no tienen conocimientos suficientes para hacerlo sin ayuda.
En muchos negocios se tienen que presentar las cuentas al registro mercantil, por lo que es necesaria la colaboración de expertos en auditoría en Sevilla, que demuestre que el negocio es transparente y tiene sus cuentas saneadas. Es fundamental si se quiere acceder a determinadas ayudas o subvenciones, además de verificar que los números cuadran y por tanto, el negocio puede seguir adelante sin problemas.
Uno de los inconvenientes más habituales a la hora de iniciar un proyecto suele ser, reunir el dinero necesario para empezar. No siempre es posible recurrir a las entidades financieras, ni se cuenta con un grupo de inversores que confíen en la idea tanto como el emprendedor. Por eso, a veces hay que usar la imaginación, y recurrir a determinados bienes que se puedan tener.
Hay quien vende alguna cosa para obtener ese capital inicial, sin el que es bastante probable que no se pueda empezar, por ejemplo alguna joya o diamante.
¿Cómo conseguir la mejor tasación para vender diamantes sin tener que ir de un lado a otro? En gemodian.com se puede hacer online, recibir ofertas reales por parte de profesionales y decidir cuál de ellas es la que más interesa, cerrar la venta y obtener el dinero con el que empezar a trabajar. Un proceso totalmente confiable y sin compromiso, con el que el diamante sigue en nuestro poder hasta que se decide la venta.
No siempre hay algo que se pueda vender para obtener el capital inicial, por lo que algunos recurren a la fórmula de las 3F (family, friends & fools). Básicamente consiste en hacer que personas de nuestro entorno cercano sean quienes aporten ese dinero con el que empezar. Aunque es muy importante aclarar antes las cosas para que no haya situaciones tensas en caso de que el negocio no funcione.
Otra fórmula es la de ahorrar parte de nuestros ingresos si estamos trabajando. El proceso puede ser más largo, aunque tiene como ventaja que no se depende de nadie para emprender. Sólo hay que saber qué cuenta escoger para domiciliar la nómina y que en la medida de lo posible no haya que pagar comisiones, ya que todo lo que se pueda ahorrar, por poco que sea, serán ingresos que acortarán el tiempo para hacer realidad el proyecto.
Hay quien presenta la idea de convertirse en emprendedor en algo muy sencillo, como si simplemente hiciera falta tener una idea y ponerla en marcha. Sin embargo, no suele ser así prácticamente nunca. Hace falta una gran capacidad de trabajo, poder enfrentarse a situaciones muy frustrantes y, sobre todo, no rendirse en caso de que los resultados tarden más de lo esperado en llegar.