Redacción - 21 de enero de 2019
La llamada policía política del Gobierno de Mariano Rajoy organizó supuestamente con fondos reservados la Operación Kitchen ente los años 2013 y 2015 para presuntamente secuestrar mediante un sicario a la familia de Luis Bárcenas y conseguir sus pendrives, espiar al extesorero.
El chófer de Bárcenas fue también comprado con dinero público para espiar a la persona que amenazaba con tirar de la manta sobre la financiación en B del PP.
Según publica la cadena SER, toda la familia, incluida la empleada del hogar, fue espiada por la operación diseñada bajo el Gobierno de Rajoy.
Policías que participaron en dichas actividades han confesado al medio que accedieron al estudio de Bárcenas en la calle General Díaz Porlier de Madrid donde el extesorero guardaba las evidencias de la caja B del PP.
Los agentes fotocopiaron toda la documentación, colocaron cámaras y micrófonos y visionaron las acciones de Bárcenas durante meses.
Participaron en esta operación la Policía Política de Eugenio Pino, García Castaño, Gómez Gordo y Villarejo. Emplearon a los llamados “fontaneros” del comisario Mariano Hervás, un grupo de agentes que participaron en la lucha antiterrorista en acciones incluso sin mandato judicial.
Según han declarado a la SER, la mayoría de los agentes eran “operativos ciegos”, desconocían a quién iban a grabar, y creían hacerlo bajo mandato de un juez para encontrar pruebas de delitos de Bárcenas. Nunca pensaron que iban a destruir pruebas de la caja B del PP. Solo lo sabían la cúpula política que está imputada según afirman a la cadena de radio.
