28 de abril de 2024
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Denuncian cómo Securitas Direct asusta a un anciano para que contrate su alarma

Denuncian cómo Securitas Direct asusta a un anciano para que contrate su alarma

Redacción - 17 de septiembre de 2020

Securitas Direct

Securitas Direct, la principal empresa dedicada a la comercialización de servicios de alarma en nuestro país vuelve a estar en el centro de la polémica por su forma de vender sus productos a través de comerciales.

Una usuaria de Twitter llamada Sara ha denunciado cómo desde Securitas Direct no paran de llamar a su padre, de 80 años, para tratar de convencerle para que contrate sus servicios de protección al más puro estilo de la mafia siciliana.

“Dejad de llamar a mi padre, de 80 años, para contarle historias falsas de sus vecinos que no han ocurrido nunca”, pide Sara en un mensaje en el que asegura que la empresa utiliza tácticas intimidatorias muy cuestionables.

Hoy os habéis despedido con un “ojalá que cuando le pase algo se pueda despedir de sus hijos”, denuncia públicamente.

Hola @SecuritasDirect, por favor, dejad de llamar a mi padre, de 80 años, para contarle historias falsas de sus vecinos que no han ocurrido nunca. Hoy os habéis despedido con un "ojalá que cuando le pase algo se pueda despedir de sus hijos". Si queréis os digo lo que pienso.

— Sara A. Pedraz (@PedrazSara_) September 16, 2020

Estas agresivas tácticas de ventas no son exclusivas de esta empresa de alarmas, ya que la competencia también ha sido puesta en entredicho por hacer cosas similares. Además, en las últimas semanas se está repitiendo en los medios de comunicación tradicionales una campaña de miedo para crear la sensación en la población de que existe una oleada de ocupaciones de viviendas, algo que ya ha sido desmentido en numerosas ocasiones.

Al mismo tiempo que esto ocurre en programas de televisión, espacios de radio y periódicos, aparecen anuncios vendiendo “alarmas anti-ocupaciones”, sin duda un negocio, el del miedo, que resulta redondo para algunos: ganan dinero y desvían la atención del hecho de que las viviendas ocupadas en su inmensa mayoría pertenecen a bancos o fondos de inversión que fueron rescatados en 2008 con dinero público.