Redacción - 7 de octubre de 2020
Villarejo comía cada mes con Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, y con Rafael Catalá, ministro de Justicia.
Según publica El Plural tras tener acceso a las grabaciones del sumario, el excomisario explicó al empresario Adrián de la Joya y a José Luis Olivera, el entonces director del Centro Nacional de Inteligencia y Crimen Organizado (CITCO), que también comía con Marchena y Catalá.
Los audios tienen fecha de febrero del año 2017 y en ellos se escucha como Villarejo les detalla a De la Joya y Olivera que teme que la situación se complique y puedan llevarlo a la cárcel por temas que ya coleaban, como el caso del pequeño Nicolás o el apuñalamiento a la doctora Elisa Pinto.
Tras estas palabras, Villarejo presume de reunirse periódicamente con varios peces gordos de la judicatura de manera periódica. Concretamente, habla de unas comidas que se celebraban cada mes a las que asistían "Costa, Catalá, Alfonsito y Manuel Marchena”.
Según el propio excomisario detalla, incluso, “cada vez que tenemos una comida de esas no te lo puedes ni imaginar. De 500 pavos el plato”.
Manuel Marchena es el actual presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, órgano encargado de enjuiciar a los diputados, senadores y miembros del Gobierno de España. Fue el encargado del juicio del procés, que terminó con varios líderes independentistas en la cárcel por sedición y malversación, entre otros delitos.
Marchena también tiene experiencias vitales muy curiosas como su amistad con Catalá, su cercanía al PP, o su mensaje de Whatsapp de Ignacio Cosidó, exdirector general del Cuerpo Nacional de Policía y exportavoz en el Senado del PP.
Fue el Partido Popular quien propuso a Marchena y fue Cosidó quien presumió en un chat privado en el grupo de senadores populares de controlar así la Justicia española. Cosidó detalló a los 146 senadores del PP que se había alcanzado un “pacto previo” para que el PP nombrara 10 magistrados incluyendo el candidato a sustituir a Carlos Lesmes mientras el Partido Socialista elegiría 11.
“Obtenemos lo mismo numéricamente, pero ponemos un Presidente excepcional, (...) un gran jurista con una capacidad de liderazgo y auctoritas para que las votaciones no sean 11-10 sino próximas al 21-0. Y además controlando la sala segunda desde detrás y presidiendo la sala 61”, escribió Cosidó en el grupo de Whatsapp.
“Y la vicepresidenta metiendo aparatos en el Congreso. Si se sabe dura nada, se tiene que ir a tomar por culo. Metiendo aparatos de escucha…”, afirma Olivera minutos después de que el excomisario contara sus comidas con Marchena y el entonces ministro de Justicia de Mariano Rajoy.
Los audios recogen además a Olivera relatando que Soraya Sáenz de Santamaría, le habría ayudado a organizar un dispositivo de espionaje en el Congreso de los Diputados entre los años 2009 y 2010 para el socio de Villarejo, Rafael Redondo, realizara “barridos” con material electrónico.
“El que le hizo el barrido se llama Villarejo (...) pero para poder hacerlo, no fue Villarejo con los aparatos, los aparatos los metió dentro una señora”, asevera Olivera a Villarejo, quien contesta: “Que ahora es vicepresidenta del Gobierno”.
En la reunión se comenta además “una campaña de imagen que hizo ella” y que, según los audios, fue financiada con “unas facturas muy chungas” pagadas en nombre del Grupo Popular.
Mientras todo esto es desvelado, Villarejo quiere tirar de nuevo de la manta para implicar a más políticos y empresas del Ibex 35.